Hace más de una década, Dios en su soberanía inició una obra extraordinaria en Poptún. Guio los pasos del misionero Harry Divido en un viaje misionero, sembrando en su corazón una visión que trascendería fronteras.
El Señor inspiró la creación de un centro de capacitación único, diseñado para formar líderes con corazón misionero. Un lugar donde la visión global por las almas se nutre, y desde donde se envían siervos a cumplir la Gran Comisión en todas las naciones.
Hoy, el Centro Misionero Internacional es un faro de esperanza: un espacio seguro donde familias enteras reciben el amor de Cristo y donde equipos misioneros se preparan para servir a las comunidades más necesitadas de la región y el mundo.
Lo que comenzó como un sueño en el corazón de Dios hoy transforma vidas. Continuamos escribiendo esta historia con fe, expandiendo el Reino y llevando luz a donde más se necesita.